Ojalá no te enamoren los galanes,
ojalá no te corrompa la nostalgia,
ojalá no acudan los ladrones
al museo de recuerdos de tu boca.
Ojalá se arrepientan los suicidas
y la vida les renueve su contrato,
ojalá se perpetúe tu alegría,
ojalá mi mal humor sea voluntario.
Ojalá sean provechosas las miradas
del voyeur, las solteronas y los feos;
ojalá se entristezcan los canallas
con sonetos, novelas y boleros.
Ojalá coincidieran nuestras ganas,
ojalá se complementen nuestras penas;
ojalá despertemos de mañana
enroscados entre nuestras piernas.
Ojalá se descoticen los silencios
de quien sabe demasiado y tiene miedo;
ojalá se desmoronen los palacios
construídos por sudores malpagados.
Ojalá te mueras por asesinarme
a causa del amor al que te arrastro;
ojalá tus besos sirvan como andamio
en la escalera final que besa al cielo.
Ojalá no caigas en la decadencia
de perder la habilidad para el delirio;
ojalá independicemos de la rienda
al caballo feroz del desvarío.
Ojalá no te descubran los traidores,
ojalá no te delanten por sincero;
ojalá el amor sea inmune ante razones,
ojalá tu adiós resulte un hastaluego.
Ojalá sean requisitos excluyentes
para sufrir, ser rico y miserable;
ojalá no te distinga entre la gente
cuando ande distraído y sin pensarte.
Ojalá se mueran esos malnacidos
que abortan nuestros sueños en pañales;
ojalá se extingan los desamoríos
y caduque el plazo para resignarte.
Ojalá renuncie el dios del desamparo,
ojalá pincelen cielos en tu vientre,
ojalá te crezcan besos en los labios,
ojalá el placer de amar sea cotidiano.
Ojalá no asumas como presidenta
de la Liga de las Rompecorazones,
ojalá egresemos de esa vieja escuela
de extraños conocidos sin razones.
Ojalá no sea posible lo terrible,
ojalá vencernos sea un sacrificio,
ojalá se sublevaran los sensibles
y derroquen al Poder del artificio.
Ojalá el quizás regale un beso tibio,
ojalá el te quiero no aplique su reversa,
ojalá no haya más víctimas de olvido,
ni fantasmas habitando la cabeza.
(de "(Ansiosas teorías sobre el ) Hambre", libroide en proceso)
martes, 29 de enero de 2008
jueves, 17 de enero de 2008
CERTEZAS INCIERTAS
La vida tiene fiebre de abandono,
la muerte está de moda y tiene prensa;
la vida es una ramera indispuesta,
la muerte, un moribundo con insomnio.
La Patria, hogar agrio hogar,
la Biblia, Best Seller de los pobres,
los besos, pastillas para el hambre,
un sable de roble para asar.
La música, un aroma que nos cubre,
las palabras, fragancia para el alma;
el tiempo, un soldado en medivachas,
nosotros, nuestro enemigo más inmune.
El amor es un virus elegante,
un caníbal con dolores de muela,
el odio, una maestra en penitencia,
un salto con los pies hacia adelante.
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